Por suerte se cruzó María en nuestro camino hace un par de años! Nuestra forma de conocernos fue a través de mis perros, ya que ella se asomó a mi reja a hacerles cariño y ahí entablamos una conversación que luego se transformó en una cariñosa amistad que perdura hasta el día de hoy. Desde entonces le guardo un gran aprecio y cada vez que salgo fuera de Santiago la llamo. Dejar a mis perritos con ella me produce una enorme tranquilidad. Ella los trata con muchísimo cariño y se toma su tiempo con cada animal, respetando sus personalidades diferentes. No apresura las cosas ni pretende que los animales actúen como ella quisiera. Cuando los cuida, ellos juegan si quieren jugar, si lo que desean es caminar asi lo hacen y en cada salida los deja olfatear todo el rato que necesiten, sin llevarlos arrastrados como si estuvieran en una carrera. Para mí eso es muy importante, ya que así se desestresan y realmente vuelven muy relajados y felices a la casa. Escribo aquí porque me siento en una permanente deuda con ella, porque desde que los conoció, no hecho más que darle un cariño enorme a mis perritos! Gracias María!