Soy tutora orgullosa de tres gatos muy distintos: • Blanca (11 años): sensible, estresada y muy amorosa. • Negro (5 años): sociable, regalón y fanático del agua. • Naranjo (7 años): con todo el carácter de ser naranjo 🤭, pero logré integrarlo a la convivencia con los otros dos. Con ellos aprendí que cada mascota tiene su propio ritmo y forma de expresar lo que necesita. También he sido el plan B de vecinos cuando su pet sitter falló: paseando perros con energía de sobra o cuidando gatos en sus casas para darles compañía y seguridad. Soy pet sitter y mi rol es acompañar, dar paseos y cuidados básicos. No reemplazo a tu veterinario de cabecera, pero mi formación como veterinaria me permite tener otro ojo: estar atenta a señales, entender lo que necesita tu mascota y lo que esperan sus tutores. Lo que me diferencia es que combino cariño, responsabilidad y mirada profesional, para que tu perro o gato esté siempre seguro, acompañado y feliz. Trabajo desde casa y paso la mayor parte del día en ella, lo que me permite dedicar pausas regulares cada 2–3 horas para paseos, juegos o simplemente compañía. Mi rutina ya está organizada en torno al cuidado de mis propios gatos, así que integrar a un perro o gato extra se da de manera natural. En el caso de perros, saldríamos a caminar varias veces al día para gastar energía y atender sus necesidades; con gatos, respeto sus tiempos y les doy un espacio tranquilo y seguro. 👉 Si debo cuidarlos por varias horas o durante la noche, tu perro descansará en una jaula amplia con cama, usada solo como medida de seguridad para mantener una barrera con mis gatos mientras duermo. En resumen, mi día a día me permite estar atenta, disponible y presente para que tu mascota nunca esté sola ni desatendida.